Le transfirieron millones por error, los devolvió y pidió «un asado y una gaseosa bien fría» de recompensa.

Enviar dinero a una cuenta equivocada es un error frecuente entre quienes utilizan plataformas de home banking. Pero lo que no suele pasar a diario es que alguien reciba, por equivocación, una transferencia de 12,5 millones de pesos. Eso fue lo que le ocurrió a Mauro Melgar, un joven que no salía de su asombro cuando revisó su cuenta del Banco Santander y se encontró con un saldo millonario que, claramente, no era suyo.
El episodio ocurrió el martes por la tarde, cuando Melgar fue contactado por un desconocido a través de redes sociales. Del otro lado, un empresario oriundo de Paraná —dedicado a la venta de automotores— le explicó que había cometido un error al cargar el número de cuenta y, por accidente, había transferido el dinero a su alias.
«Me mandó una captura de pantalla donde figuraban mis datos. Se había confundido un número de cuenta y, en un momento de apuro, me transfirió la plata«, contó Melgar en diálogo con Radio La Voz.
Lejos de aprovecharse de la situación, el joven se comprometió enseguida a resolver el error. «Le dije que se quede tranquilo, que no había ningún problema. Intercambiamos los datos, los números de teléfono y quedamos en contacto esperando que esa plata ingrese en mi cuenta«, explicó.
Y así fue. Al día siguiente, al revisar el home banking, el dinero estaba disponible. «Chequeo la cuenta y me encuentro con los 12 millones y medio de pesos. Me pareció que no era lo correcto quedarme con algo que no era mío. Esta persona tuvo que trabajar y hacer negocios para tener esa plata«, agregó.
Un asado, una Coca y la conciencia tranquila
La historia no terminó allí. Tras confirmar que el dinero estaba en su cuenta, Melgar decidió devolverlo inmediatamente, aunque antes lanzó un curioso pedido: «Le reenvié la plata automáticamente. Le pedí un asado y una Coca, ya con eso somos felices, como todo argentino«, contó entre risas.
Más allá del humor, Mauro insistió en que actuar con honestidad fue lo más natural para él: «Era lo correcto. Si uno quiere vivir tranquilo, tiene que hacer las cosas bien«, concluyó.
En tiempos donde los errores financieros pueden costar caro, gestos como el de Mauro Melgar vuelven a poner en valor la solidaridad, la buena fe y la argentinísima costumbre de celebrar todo… con un asado.




