Allanamientos en Salta: la justicia investiga el caso de los 66 wichis esclavizados

El empresario Pablo Padilla presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino, los mantenía realizando trabajo a destajo, en pésimas condiciones habitacionales y con atraso en el pago de los jornales.
Vivían hacinados, mal alimentados y haciendo trabajo a destajo en una finca del sur provincial cosechando limones. Hay un detenido y los ojos se posan sobre el poderoso empresario citrícola tucumano Pablo Padilla.
Trabajo a destajo, pésimas condiciones habitacionales y atraso en el pago de los jornales. En esas condiciones fueron encontrados en Salta 66 trabajadores formoseños de la comunidad wichi en una serie de allanamientos. Habían sido llevados a las fincas dedicadas a la producción cítrica, especialmente de limones para exportación.
Pero la empresa que los «contrata», según explicó Germán Ferrari, el subdelegado de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) tiene sede en la provincia de Tucumán y hay un nombre detrás de todos los incumplimientos a las más básicas leyes laborales: el empresario citrícola Pablo Padilla.