1 mayo, 2024
Mundo

Reino Unido: mató a puñaladas al hombre que abusó de su hijo

Una mujer descubrió que su vecino, que tenía 24 condenas por abuso sexual de menores y se había cambiado el nombre, había violado a su hijo de 12 años.

Sarah Sands fue condenada a prisión en 2015 por el asesinato de su vecino Michael Pleasted, a quien mató a puñaladas en su casa de Londres Este, capital de Reino Unido. La mujer confesó que cometió el crimen porque el hombre había violado a su hijo de 12 años, y ya en la cárcel se enteró de que él tenía 24 condenas por abuso sexual de menores.

Michael Pleasted, de 77 años, eligió ese nombre tras acumular 24 condenas por abuso sexual de menores entre 1971 y 1990. Su identidad original, con la que figuraba en el registro de personas con condenas por abuso sexual en Reino Unido, era Robin Moult.

Con su nuevo nombre, Pleasted, apodado «Mick», alquiló un departamento en el complejo habitacional de Canning, este de Londres, donde residían Sarah y sus cinco hijos, entre ellos Bradley, informó el sitio The Sun.

Ya en su nueva vida Pleasted era «un modelo a seguir», explicó Sarah, y por eso en febrero de 2014 accedió a que Bradley trabajara en la tienda del hombre para ganar «un poco de dinero». El chico perdió el interés en unas pocas semanas.

Meses más tarde otros dos chicos del barrio, también de 12 años, denunciaron por abuso sexual a Pleasted. Bradley se vio obligado a declarar ante la Policía por haber trabajado en la tienda del hombre.

La policía detuvo a Pleasted, pero como el hombre se declaró inocente lo tuvieron que dejar en libertad mientras los chicos que lo habían denunciado daban sus testimonios.

Mientras tanto Bradley y sus hermanos empezaron a tenerle miedo a su vecino, y Sarah intentó que las autoridades del distrito de Newham, al que pertenece Canning, lo removieran del complejo.

«Nos fuimos al departamento de dos ambientes de mi mamá. Pensé que sería algo temporal, les pedí que movieran a Mick pero me dijeron que no había nada que pudiesen hacer», explicó la mujer.

«Podían mudarnos a nosotros, pero sería lejos de Londres. Le rogué apoyo al personal de servicios sociales. Nadie quiso escuchar», señaló Sarah, hoy de 38 años.

El punto de quiebre llegó en noviembre de 2014, cuando Sarah se encontró a Bradley temblando, llorando y tratando de arrancarse el pelo. «Me decía ‘te debería haber dicho antes, eso hubiese evitado que atacara a los chicos’. (Pleasted) lo atacó en la tienda y en su casa», reveló la mujer.

Bradley, que tiene 19 años y decidió dar su testimonio públicamente, explicó que no había denunciado al hombre al mismo tiempo que los otros dos chicos porque «no quería problemas», pero tenía pesadillas con su abusador.

Sarah llamó a la Policía para denunciar a Pleasted y pedir que lo arrestaran nuevamente, pero los oficiales simplemente le confirmaron que ya sabían del abuso sexual de Bradley porque lo había contado en su declaración, y repitieron que no podían hacer nada porque el hombre había pagado su fianza.

Esa misma noche Sarah perdió «el control», según ella.

«Me tomé dos botellas de vino, volví a mi antiguo departamento y me arrodillé en el piso abrazada a una foto de mis hijos, gritando. No había podido llorar antes proque Bradley siempre estaba cerca. La culpa que sentí por no haberlo protegido me abrumó. Ahí decidí agarrar un cuchillo e ir a lo de Mick», relató.

Sarah quería «persuadirlo para que se declare culpable así Bradley no tendría que ser testigo» en la causa por abuso sexual, pero una vez que lo tuvo delante se encontró con un hombre «frío» que le devolvió una sonrisa satisfecha y una actitud «engreída y brusca».

«Era diferente al que había sido mi vecino», señaló la mujer. «Lo apuñalé con el cuchillo en el frente y me agarró. Perdí el control. No podía dejar que alguien más saliera lastimado, alguien tenía que proteger a la gente», recordó.

Sarah apuñaló ocho veces a su vecino con un cuchillo de 30 centímetros. En las cámaras de seguridad del complejo habitacional se la podía ver saliendo tras cometer el crimen y cuando la Policía la detuvo espetó: «¿Quién le da lugar a un pedófilo en una vivienda social?».

La mujer fue condenada en septiembre de 2015 a siete años y medio de prisión por el asesinato de Pleasted. Durante juicio Sarah se enteró de que el hombre había estado en la cárcel por abuso sexual de menores, pero las autoridaes no lo habían podido rastrear por su cambio de nombre.

«Me enteré en la cárcel. Me estaba culpando a mí misma por dejar que Bradley estuviese con él cuando todo este tiempo las autoridades sabían exactamente lo que era capaz de hacer y miraron para otro lado», sentenció.

El juzgado en primera instancia consideró que Sarah era «realmente excepcional» y como es madre soltera le redujeron la sentencia a la mitad, pero en enero de 2016 la Cámara de Apelaciones volvió a los siete años originales por considerar que la pena era leniente sin motivo.

Sarah salió de la cárcel en agosto de 2018 tras completar cuatro años de su pena, y se mudó con Bradley y sus otros cuatro hijos a Essex. Ahora trabaja en la escritura de un libro sobre el traumático episodio y los años de dolor que causó.

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