A 97 años de la Masacre de Napalpí, entre el recuerdo de Juan Chico y el pedido de un Juicio por la Verdad

Hoy, 19 de julio, se conmemora un nuevo aniversario de la Masacre de Napalpí, hecho sucedido el 1924 en el que fueron asesinados más de 400 hombres, mujeres y niños de las comunidades qom y moqoit, y criollos, que trabajaban en los campos de algodón de la zona de Quitilipi. Esta fecha encuentra a miembros de la Fundación Napaplí entre el recuerdo doloroso por el fallecimiento reciente de Juan Chico, pilar de la organización, y el pedido de un juicio por la verdad realizado por la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Federal de Resistencia.

En diálogo con Radio Provincia, Natalia Grabre, integrante Fundación Napalpí recordó la figura de Chico a quien calificó como la piedra angular en el trabajo que permitió que “poner luz a tantos años de silencio y a tantos años de oscurantismo en relación a esta historia oficial que fue la única que se escuchó por tanto tiempo, y que gracias a Juan se puso escuchar otra voz”.

“Se empezó a hablar de lo sucedido no en tono de una rebelión o un enfrentamiento, tal como se tradujo en muchos diarios de la época”, dijo Grabre y agregó que el trabajo de Chico permitió “que podamos leer la otra versión, la contada desde el interior de las comunidades”.

Valoró el trabajo “silencioso, meticuloso y rudo” que logró rescatar las voces y testimonios dolorosos de quienes pudieron contar lo que sucedió en la Masacre de Napalpí.

Por otra parte Grabre mencionó que hoy, a las 15,30, se realizará un acto en conmemoración a este aniversario de la Masacre en el Memorial construido y donde también se homenajeará a Chico.

Pedido de juicio

Por otra parte, en las últimas horas se conoció el pedido de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Federal de Resistencia de la realización de un juicio por la verdad por la Masacre tras cerrar una investigación preliminar abierta en 2014 en la que reunieron testimonios y documentos históricos.

En su presentación ante el Juzgado Federal N° 1 de Resistencia, los fiscales plantearon que los hechos históricos conocidos como la Masacre de Napalpí constituyen un crimen de lesa humanidad cometido por el Estado Argentino. Por ese motivo, consideraron que debe tener una instancia de juzgamiento en un juicio por la verdad oral y público, en función de los compromisos asumidos ante la comunidad internacional.

Los juicios por la verdad son instancias judiciales sui géneris que tuvieron su génesis en la Argentina de fines de los ’90 en diferentes jurisdicciones, cuando se abrieron las investigaciones para determinar el destino de los desaparecidos durante la última dictadura e individualizar a los responsables, pero sin la finalidad de sancionarlos, dado que estaban vigentes las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. En el caso de la Masacre de Napalpi la imposibilidad de sanción está dada en que no hay personas imputadas vivas. Este tipo de procesos fue validado a nivel internacional por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que frente a la demanda de la madre de una víctima por el milenario derecho al duelo y a la verdad, acordó en aquél contexto con el Estado Argentino la apertura de procesos con esas características en el marco de una solución amistosa (caso «Aguiar de Lapacó»).