Capitanich: “Nadie más que nosotros ama la vida y la libertad”
El gobernador Jorge Capitanich defendió la decisión de establecer restricciones a la circulación en todo el país, durante seis horas en horario nocturno. “Estas herramientas que utiliza el Estado no implican violar la Constitución ni las leyes, sino garantizar el bienestar de todos en el marco de una emergencia”, fundamentó durante una rueda de prensa que realizó anoche, al retornar de Buenos Aires, en el Centro de Operaciones de Emergencia, ubicado en el aeropuerto de Resistencia.
“Nos falta poco, hagamos ahora el máximo esfuerzo para reducir el número de contagios”, resaltó el mandatario, y pidió a la ciudadanía, que ya hizo un gran esfuerzo de 44 semanas durante el 2020, “hacer hoy un poco más de esfuerzo” acatando las nuevas medidas.
Capitanich marcó la necesidad de bajar la curva de contagios, restringiendo la circulación al máximo posible hasta el 21 de enero, aprovechando este momento de las vacaciones con actividad reducida en todos los ámbitos del Estado, y también en el ámbito comercial. “Es una oportunidad de menor circulación, que está probado que es menor contagio. Es algo muy simple”, enfatizó.
“Es imposible tomar las restricciones que se adoptaron el 20 de marzo de 2020 en toda la República Argentina, porque no están dadas las condiciones materiales para hacerlo y porque es imposible lograr un pleno nivel de consenso en la ciudadanía para la implementación de las medidas”, indicó. Por eso dijo que la única vía posible es aplicar restricciones parciales.
Capitanich destacó la iniciativa del presidente Alberto Fernández de establecer restricciones de circulación en horario nocturno, y sostuvo que “fue satisfactoria para propiciar un entendimiento colectivo” con los gobernadores, aunque marcó que provincias como Córdoba y Mendoza (su gobernador Rodolfo Suárez lo dijo expresamente en la teleconferencia de ayer) no aplicarían esas medidas recomendadas.
“Nos parece importante tomar medidas preventivas, igual que protocolos sanitarios”, resaltó. Recordó así que, desde el 1 de diciembre de 2020, viene advirtiendo en el Comité de Seguimiento y Monitoreo de la Emergencia Sanitaria de la provincia y en el Consejo de Desescalada sobre el riesgo de incremento en el número de contagios en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, algo que finalmente se plasmó en la realidad. “La tendencia indicaba la curva que tenemos hoy”, dijo.
“Había propuesto protocolos sanitarios y una coordinación a nivel nacional para establecer un mensaje unificado en todo el país, para generar conciencia social y poder cuidarnos. Efectivamente la prédica no dio resultados”, lamentó. Por eso insistió en los resultados que da la coordinación de acciones y medidas. “Por eso fue muy buena la iniciativa del presidente”, insistió.
Por otra parte, el gobernador subrayó la necesidad de entender la dinámica de los contagios y la curva de crecimiento. “Si sigue a este ritmo, vamos a tener un problema de colapso del sistema sanitario. El tema central es cómo administrar esa curva”, trazó, y dijo que si la curva se mantiene lineal como ocurrió en 43 semanas en el Chaco “la capacidad de atención del sistema se mantendrá satisfactoria”.
Otra cuestión que marcó el gobernador es que, si se observa un incremento en el número de contagios en barrios o en un radio determinado, no sólo habrá que recurrir a una restricción nocturna, sino además a una restricción de bloqueo de circulación en esa área de prominente contagio.
Fue así como resaltó las recomendaciones básicas a seguir manteniendo para evitar contagios: higiene de manos, distanciamiento social de 2 metros y uso de barbijos de carácter obligatorio, que significa usarlo bien.
“Si no cumplimos estas tres premisas y no tenemos la precaución de una burbuja de no más de 10 personas en las reuniones, si nos abrazamos y nos besamos, y cuando existe una restricción vamos a un lugar para evitar el control de la policía, entonces queremos ejercer rebeldía”, sostuvo el mandatario.
Por último, Capitanich puso énfasis en un mensaje: “Nadie más que nadie más que nosotros ama la vida, la libertad, el ejercicio pleno de los derechos individuales, pero con un sentido de responsabilidad individual y social. Si no hay una capacidad de acción colectiva para establecer límites a la circulación, porque la aglomeración implica un riesgo, entonces estamos ante un problema”.
Fue más allá y reflexionó: “Mientras el plan de vacunación funciona, si no corregimos el aumento del número de casos que tenemos ahora, muchas personas que podrían vacunarse y tener la inmunidad, podrían tener riesgo de muerte”. “El ejercicio de la libertad debe hacerse con responsabilidad, y si eso no ocurre, las personas nos convertimos en riesgo para otras”, agregó.
Por eso, ponderó el rol del Estado que “debe regular en el marco de una emergencia sanitaria, sin violar derechos ni libertades, para proteger el bien jurídico tutelar más importante que es la vida de las personas”. “Nadie quiere establecer restricciones, pero es necesario regular el funcionamiento colectivo de la sociedad. Y el Estado es la herramienta para aplicar un marco regulatorio”, concluyó.