Médico jubilado de Hospital Perrando, se ofreció desinteresadamente para combatir el virus
Daniel Moscatelli es un médico clínico de la ciudad de Resistencia, tiene 72 años y, a pesar de ya estar jubilado, se acercó al Hospital Perrando para extender su ayuda en las atenciones durante los primeros días de la pandemia en la provincia, sin embargo, en una de esas reuniones para planificar la contención y evitar el avance de la enfermedad, fue contagiado junto a otros profesionales del lugar, anticipando lo que días posteriores se expandiría a más de 15 trabajadores del nosocomio.
“Estoy bien, y supuestamente inmune”, aclara el Dr. Moscatelli en una relajada conversación que mantuvo durante la mañana de viernes con Ernesto Tenembaum para su programa en “Radio con Vos”.
‘Mosca’, como se afirma mayormente reconocido en la ciudad, cuenta que fue convocado “para integrar un comité de expertos para el tema Dengue”, algo que logró por su experiencia al frente de la enfermedad. “Viví mucho la etapa intensa de dengue, así que tengo alguna experiencia en haber visto pacientes complejos”, cuenta el profesional.
Sin embargo, cuenta que “tuvimos sólo una reunión vinculada al dengue”, y recuerda que después “vino esto del coronavirus, y desde ahí en más predominó todo lo referente a la pandemia”.
Daniel, quien además de ser un reconocido médico es el presidente de la fundación Fogón de los Arrieros, recuerda que en esos primeros días donde comenzó a aflorar algún síntoma de paranoia en el Chaco tras los primeros casos positivos de coronavirus, se acercó hasta el Hospital Perrando para ofrecer su ayuda, lugar donde, según cuenta, fue jefe de Investigación y Docencia del hospital.
“Quienes están ahora a cargo de esta situación fueron residentes míos, los conozco y los quiero”, explica el doctor, y cuenta que “en ese contexto fui un día a ofrecer ayuda, pero no de atender pacientes, sino a ver qué pasaba, si necesitaban algo”.
“Estuve en una oficina, donde estaban planificando, siguiendo los primeros casos, era una oficina sin pacientes, había 8 o 7 personas”, recuerda, y llega a la conclusión de que “evidentemente ahí había algún infectado asintomático”.
“De ahí salieron 4 positivos, uno de los cuales fui yo”, cuenta el médico, quien recién tuvo algunas manifestaciones en los días siguientes, incluso, relata que estuvo en la Fundación que preside, la cual menciona como un lugar turístico, por lo que “habíamos cerrado un poco la afluencia de gente”, explica.
“A los tres días más o menos empecé con fiebre”, recuerda Daniel, y aclara que “en este contexto si uno empieza con fiebre no va a pensar en cosas distintas”.
“Al día siguiente seguía con fiebre y llamé al sistema del 0800. Me hicieron el test y me dio positivo”, cuenta, y relata que a partir de ahí se le sumaron algunos síntomas propios del cuadro, “un par de días más con fiebre, pérdida del olfato y el gusto totalmente, un poco de decaimiento”.
Al ser un profesional de la salud, Daniel deja entrever que su cuadro estaba sometido su constancia de controles, “yo me monitoreaba un poco como estaba todo”, cuenta.
“Empecé a mirar bibliografía rápidamente, y empezaron a ‘llover’ protocolos de tratamientos”, recuerda, sin embargo, precisa que se decidió por “el más accesible”, el cual, según explica, refiere a “un tratamiento de drogas de fácil acceso”.
“Nunca tuve ninguna complicación respiratoria ni nada”, aclara Daniel, y cuenta que “ahí terminó mi enfermedad”, lo cual, según sus conocimientos explica que “es lo que ocurren en más o menos el 80% de los casos”.
“Después me hice la primera prueba de los 14 días, que me dio negativa, repetí nuevamente y me dio negativa”, rememora, y afirma que “en este momento no tengo ni decaimiento, ni falta de olfato, ni nada de eso. Estoy bien”
“La mayoría de la gente le pasa lo que pasó a mí”, explica el profesional, aunque aclara no querer “minimizar” el cuadro.
Daniel, quien por su edad es considerado parte del ‘grupo de riesgo’, cuenta que está en contacto directo con los demás profesionales diagnosticados, y asegura que “a ninguno le pasa nada, están todos como yo”, aunque todavía “están esperando las pruebas negativas para decir ‘bueno, me curé’.