Se espera una nueva suba en los precios de los combustibles

Este lunes 30, el Gobierno nacional oficializó el Decreto 441/2025, que introduce modificaciones al cronograma de actualización de los impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono.
Con esta medida, se determina un aumento parcial de esos tributos a partir del 1 de julio, y se posterga para agosto la aplicación total de los incrementos acumulados, que habían sido prorrogados en múltiples oportunidades desde 2023.
El decreto modifica el esquema establecido originalmente por el Decreto 466/2024 y sus sucesivas extensiones. En concreto, se actualizan parcialmente los valores del impuesto para las naftas y el gasoil por el primer trimestre del año 2024, y se difiere nuevamente, esta vez hasta agosto, el impacto completo de los aumentos correspondientes al segundo, tercer y cuarto trimestres de 2024, y al primer trimestre de 2025.
Para ese mes, los nuevos montos de incremento fijo serán los siguientes:
Naftas (sin plomo hasta y más de 92 RON, y nafta virgen):
- Impuesto sobre los Combustibles Líquidos: $6,620 por litro.
- Impuesto al Dióxido de Carbono: $0,405 por litro.
Gasoil:
- Impuesto sobre los Combustibles Líquidos: $5,346 por litro.
- Tratamiento diferencial (zonas patagónicas y otras): $2,895 por litro.
- Impuesto al Dióxido de Carbono: $0,609 por litro.
Se trata de una suba acotada en relación al ajuste total pendiente, que sigue acumulando el efecto de la inflación registrada desde enero de 2018, tal como establece el mecanismo previsto en la Ley 23.966.
LA CARGA TOTAL SE TRASLADA A AGOSTO
El artículo 2° del nuevo decreto redefine los tiempos del ajuste impositivo pleno. A partir del 1 de agosto, entrarán en vigencia los incrementos completos derivados de:
- El remanente no aplicado del primer trimestre de 2024.
- La totalidad de las actualizaciones correspondientes al segundo, tercer y cuarto trimestres de 2024.
- La actualización del primer trimestre de 2025.
De esta manera, el Ejecutivo continúa con su estrategia gradualista para evitar que el ajuste fiscal vía impuestos energéticos se traduzca en saltos bruscos en los precios al consumidor.