
La Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) denunció la presencia en Argentina de una red integrada por ciudadanos rusos que, según investigaciones oficiales, estarían involucrados en tareas de desinformación y posible espionaje. La organización, denominada «La Compañía», fue vinculada por el vocero presidencial Manuel Adorni al «proyecto Lakhta», una operación internacional de injerencia impulsada desde hace años por la inteligencia rusa.
Durante una conferencia en Casa Rosada, Adorni señaló: «La SIDE detectó a un grupo de residentes rusos en Argentina que estarían realizando tareas sospechosas en intereses geopolíticos de Rusia en estrecha colaboración con ciudadanos argentinos». Según detalló, el grupo tendría como objetivo «formar un grupo de personas leales a los intereses de Rusia para desarrollar campañas de desinformación e influencia contra el Estado argentino».
Las autoridades identificaron como líder local al ciudadano ruso Lev Konstantinovich Andriashvili, radicado en Argentina, quien junto a su esposa Irina Iakovenko habría recibido financiamiento para establecer vínculos con actores locales, influir en redes sociales, contactar organizaciones civiles y generar contenido político con fines propagandísticos.
Este caso se suma al antecedente de Artiom Dultsev y Anna Dultseva, una pareja de espías rusos que vivió durante años en Buenos Aires con identidades falsas y fue luego arrestada en Europa. El episodio, que involucró incluso un saludo de Vladimir Putin a sus hijos nacidos en Argentina, desató fuertes sospechas sobre la posible infiltración de agentes encubiertos en el país.
El Gobierno señaló que las actividades atribuidas a esta red incluyen desde manipulación informativa en redes sociales hasta la recopilación de datos políticos sensibles. Además, se remarcó el uso de identidades falsas y la integración en comunidades locales como parte de un modus operandi diseñado para pasar desapercibido.
En este contexto, el acuerdo bilateral firmado en 2009 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que permite el ingreso de ciudadanos rusos sin visa, volvió a quedar bajo la lupa. A pesar de las advertencias, el convenio sigue vigente y ha sido señalado como un facilitador para este tipo de operaciones.
Como respuesta institucional, el Gobierno anunció la creación del Departamento Federal de Investigaciones dentro de la Policía Federal Argentina, con un enfoque especializado en amenazas como el espionaje, el terrorismo y el crimen organizado. Esta nueva unidad buscará fortalecer la capacidad del Estado para identificar y desarticular redes extranjeras que comprometan la soberanía nacional.
«El país no será sometido a la influencia de ninguna otra nación», concluyó Adorni, quien remarcó que la seguridad y la defensa de los intereses argentinos son prioridad para la actual administración.