Comer chorizos en excesos puede traer problemas de salud

En algunas preparaciones de guisos o para una barbacoa, el chorizo y la morcilla son unos acompañantes perfectos. España destaca por estos productos hasta el punto de haberlos convertido en símbolo de ciertos territorios, como la morcilla de Burgos. Sin embargo, es posible que estemos consumiendo estos alimentos más de lo que deberíamos.
El dietista-nutricionista Luis A. Zamora explica que “las carnes rojas, o aquellas preparaciones que tienen sangre como un ingrediente, como es el caso de las morcillas y los chorizos, son las que más hierro aportan”. El hierro es un mineral esencial para el desarrollo del cuerpo, ya que gracias a él se produce la hemoglobina: una proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las partes del cuerpo.
A pesar de que el hierro es fundamental para el crecimiento y muchas otras funciones vitales, debemos tener cuidado de cómo lo consumismos. En el caso de la morcilla y el chorizo, este proviene de alimentos procesados y con un alto contenido en grasa, por lo que no deberíamos ni siquiera consumirlos semanalmente, según asegura Zamora en su libro El método Z para comer bien.
En cambio, el dietista-nutricionista aconseja reducir a 1-2 raciones al mes el consumo de carne roja. En su lugar, es preferible optar por el resto de carnes blancas, como el pollo, el conejo o el pavo, e ingerirlas entre 3 y 4 veces a la semana.




