Con una cerveza en mano y rodeado de fajos de billetes, Ariel Ramón Acevedo aparece una y otra vez en los videos que fueron peritados y provocaron nuevos allanamientos de la causa que investiga una usina de facturas truchas que cuenta con la detención de Fernando Ayala y Walter Pasko.
Las imágenes, extraídas del domicilio de Ayala y analizadas por peritos de Gendarmería Nacional, lo muestran participando activamente de reuniones en las que se manipulan grandes sumas de dinero en efectivo, tanto en pesos como en dólares. Pero su participación va mucho más allá de esas postales de camaradería entre fajos.
Acevedo, actualmente imputado y procesado en la causa, aparece, según la acusación del fiscal federal Patricio Sabadini, como una pieza clave del entramado que tejió un esquema de fundaciones, cooperativas y sociedades creadas con el aparente objetivo de canalizar fondos públicos mediante facturaciones apócrifas.
Según la información aportada por la ex AFIP (ahora ARCA), Acevedo tiene domicilio fiscal en Resistencia y su actividad económica formal comenzó en 2010 bajo el régimen simplificado de monotributo, del que se dio de baja en 2021.
En julio de 2023 se reincorporó al régimen general, inscribiéndose en IVA, Ganancias y Bienes Personales.Desde entonces, figura como prestador de «servicios personales» y como vendedor minorista de materiales de construcción.
Sin embargo, en más de una década, solo emitió una factura electrónica: fue en 2020, por $ 100.000, a la Municipalidad de Gancedo, uno de los municipios bajo la lupa por el uso de facturas falsas.
Para el Ministerio Público Fiscal, el verdadero volumen de su actividad económica aparece «camuflado» detrás de una red de cooperativas y fundaciones que integró con roles clave, como tesorero, secretario o administrador. Entre ellas se destacan: