Los últimos minutos del Papa según su médico: “Tenía los ojos abiertos pero no respondía, no había nada que hacer”

El doctor Sergio Alfieri, cirujano del Hospital Gemelli de Roma y coordinador del equipo médico que atendía al papa Francisco, describió con precisión los últimos minutos de vida del pontífice. «Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos pero no me respondía, no había nada que hacer», relató Alfieri a la prensa italiana. Aseguró que intentó despertarlo sin éxito: «Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarlo, pero no contestaba. No respondía ni a los estímulos dolorosos. Estaba en coma».


El médico explicó que no se optó por trasladarlo al hospital porque el propio Francisco había dejado claro que quería morir en su residencia. «Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado», recordó, y destacó que su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, «sabía perfectamente que el Papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli». Strappetti, a quien Francisco consideraba «como un hijo», era el encargado de velar por el cumplimiento de su voluntad: evitar todo ensañamiento terapéutico.


Durante su última internación, el pontífice ya había pedido expresamente que no se lo intubara. «Le habría ayudado a respirar, pero habría sido difícil volver atrás y extubarlo, con los pulmones infectados de virus», explicó Alfieri, quien también fue su cirujano en dos ocasiones. El 21 de abril, poco antes del amanecer, una llamada de Strappetti alertó al médico: «El Santo Padre está muy enfermo, tenemos que volver al Gemelli». Veinte minutos más tarde, Alfieri ya estaba en Casa Santa Marta.


La causa de muerte fue un ictus que derivó en un coma y posteriormente una parada cardiocirculatoria, según el parte firmado por el director de Sanidad e Higiene del Vaticano, Andrea Arcangeli. Alfieri lo resumió con sencillez: «Fue uno de esos infartos que te llevan en una hora. Quizá se inició un émbolo, quizá una hemorragia. Son cosas que pueden pasar, sobre todo en personas mayores que se mueven poco». Y añadió con serenidad: «Es como si, acercándose al final, hubiera decidido hacer lo que tuviera que hacer».

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