
El cirujano Sergio Alfieri, jefe del equipo médico que trató al papa Francisco durante su hospitalización en el hospital Gemelli, reveló que el pontífice estuvo en dos ocasiones al borde de la muerte. El episodio más crítico ocurrió la noche del 28 de febrero, cuando un grave broncoespasmo puso en riesgo su vida.
En una entrevista con el diario Corriere della Sera, Alfieri relató que esa noche el equipo médico tuvo que tomar una decisión extrema: «O nos deteníamos y lo dejábamos ir, o probábamos con todos los medicamentos y terapias posibles, asumiendo un riesgo muy alto».
El cirujano recordó que fue la primera vez que vio lágrimas en los ojos de quienes rodeaban al Papa. «Son personas que lo quieren sinceramente, como a un padre. Todos sabíamos que la situación era crítica y que existía la posibilidad de que no lo lográramos», contó.
La decisión final estuvo en manos de Massimiliano Strappetti, médico personal del Papa, quien, con pleno conocimiento de los deseos del pontífice, optó por luchar hasta el final. «Inténtalo todo, no te rindas», le dijo.
Francisco, de 88 años, era consciente de la gravedad de su estado. «Aquella noche fue terrible. Sabía, como nosotros, que tal vez no sobreviviera», afirmó Alfieri. Pese a los riesgos de dañar otros órganos, el equipo médico persistió en los tratamientos y, finalmente, la infección pulmonar comenzó a ceder.