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Sabag Montiel admitió el atentado y dijo: “Cristina Kirchner es corrupta y le hace daño a la sociedad”

Fernando Sagab Montiel admitió este miércoles haber intentado asesinar a Cristina Kirchner, en el marco de la primera jornada del juicio contra «la banda de los copitos»por el atentado contra la expresidenta, ocurrido el 1 de septiembre de 2022.

Tras varios planteos de los abogados defensores, que buscaron suspender el juicio, solicitud que fue rechazada por los jueces, se dio inicio al debate, en los tribunales de Comodoro PY, y Fernando Sabag Montiel, principal acusado, pidió declarar. «El atentado fue con un fin personal y no para beneficiar a ningún sector político. Yo quería matar a Cristina», afirmó.

Consultado por los hechos que lo motivaron, sostuvo: «La doctora Kirchner es corrupta, roba, hace daño a la sociedad y demás cuestiones que son sabidas. Me sentí humillado porque pasé de tener un buen pasar económico a vender copitos. Ella es la cúspide de la jerarquía política y la culpable de todo».

Además, denunció: «Uliarte y Carrizo recibieron dinero de CFK para autoinculparse y para agravar la causa».

Sabag Montiel es considerado por la Justicia como autor del homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el empleo de un arma de fuego, en grado de tentativa.

En tanto, su exnovia, Brenda Uliarte, está imputada como partícipe necesaria, mientras que Nicolás Carrizo, está procesado como partícipe secundario.

Con respecto a su relación con Uliarte, Sabag Montial señaló: «Éramos amigos con derechos, una relación que no se puede tomar como un noviazgo y que empezó un mes antes del atentado. Nosotros no compartimos posiciones políticas porque yo me considero apolítico».

En esa línea, buscó quitarle responsabilidad en el hecho: «Brenda escuchó mis ideas y hasta donde quería llegar. Compartió conmigo algunas cosas, pero no estaba segura de lo que yo podría llegar a hacer. Lo tomó como un juego de niños, o una muestra de valentía para tratar de quedar bien con la gente. Pero no puso un pie en la realidad y no pensó que podríamos estar presos. Me hubiera gustado que ella hubiera frenado todo esto. No midió las consecuencias».

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