Un Presidente orgulloso de reprimir
La cacería en los alrededores del Congreso fue festejada por las cuentas oficiales de presidencia como si se tratara de un triunfo, casi en el mismo plano de la aprobación de la Ley Bases.
Mientras avanzaba el tratamiento del proyecto, Milei participó en dos conferencias distintas y agitó el fantasma del golpe, la violencia en las calles y los muertos «que le quieren tirar al Gobierno». Su vuelo hacia Italia para participar del G7 se postergó hasta la madrugada para que Villarruel pueda desempatar.
El Gobierno no tuvo mejor idea que comparar la movilización de este miércoles frente al Congreso con «un intento de golpe de Estado». Fue a través de un insólito tuit de la Oficina del Presidente, publicado paradójicamente mientras el Senado avanzaba sin mayores problemas con el tratamiento de la Ley Bases. Como si el derecho a la protesta se hubiera borrado de un momento a otro de la Constitución, el mensaje además tildó de «terroristas» a los manifestantes. A juzgar por el festín represivo que se dieron, las fuerzas de Seguridad no dudaron en tratarlos como si lo fuesen: durante toda la jornada hubo balas de goma, gases, cacerías y detenidos a mansalva. El operativo recibió, por eso mismo, la correspondiente felicitación de Javier Milei y de varios de sus ministros. Horas más tarde, un segundo comunicado, a través del cual la Rosada festejó la aprobación en general del proyecto, siguió denunciando la existencia de supuestos «grupos terroristas» y hasta sostuvo que la policía y el resto de las fuerzas «actuaron en defensa de la democracia».
Ambos mensajes recogieron parte del discurso que el Presidente dio durante la tarde en en el marco de un encuentro de la fundación Libertad y Progreso, en el que justificó la represión y hasta habló de una «batalla» entre «la libertad y la decadencia», que a esa hora –cerca de las siete de la tarde– se estaba dando «en la calle».
«Estamos ante una bifurcación: o persistimos en el camino de la decadencia o nos animamos a recorrer el camino de la libertad. Hasta se está dando en la calle esa batalla», arremetió durante el cierre de la conferencia, desde el Hotel Hilton. Y enseguida mencionó a Patricia Bullrich como la comandante de las fuerzas libertarias. «Afortunadamente, tenemos una gran ministra de Seguridad que está poniendo la calle en orden«, siguió. «Estamos dando la batalla que hoy es entre la decadencia y la libertad, y la estamos dando en la calle también», provocó.
El comunicado oficial post aprobación en general le dedica casi el mismo espacio a celebrar el triunfo libertario que a despotricar contra la oposición. «Con grupos terroristas atacando el Congreso, debiendo desplegar las Fuerzas de Seguridad en defensa de la democracia, con la casta política resistiendo y operando hasta último momento, y debiendo recurrir al desempate de la Vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, el de esta noche es un triunfo del pueblo argentino», dice.
Su antecesor inmediato no sólo reconoce que hubo represión, sino que la festeja. «La Oficina del Presidente felicita a las Fuerzas de Seguridad por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas que con palos, piedras e incluso granadas, intentaron perpetrar un golpe de Estado, atentando contra el normal funcionamiento del Congreso de la Nación Argentina» (SIC), dice.
Atardecer de un dia agitado
Milei se aseguró tener una agenda ajetreada, con dos conferencias que se superpusieron al debate en el Congreso. Por la mañana participó de la ExpoEFI 2024, un evento de economía y finanzas que se realizó en La Rural, y por la tarde hizo lo propio en otra disertación para la Fundación Libertad, desde el Hilton de Puerto Madero. Entremedio estuvo siguiendo, desde Olivos, los pormenores del debate en el Senado y la represión en la calle. Lo mismo hizo el jefe de Gabinete, Guillermo Francos –uno de los protagonistas de las negociaciones con la oposición amigable– desde Casa Rosada.
Ante el público liberal de la Fundación Libertad, el Presidente aseguró que lo que buscaron los manifestantes en la calle y la oposición en el recinto –algunos diputados de Unión por la Patria quedaron internados luego de los primeros gases y palos en la intersección de Callao y Rivadavia– es nada menos que tirarle «un muerto» al Gobierno. «No descarten la metodología de ellos de tirar muertos en la calle», dijo en referencia a una supuesta conspiración en su contra, una idea que ya había dejado caer la semana pasada cuando salió en defensa de Sandra Pettovello.
Fue un discurso furioso, como si el Gobierno estuviera perdiendo la votación en lugar de ganarla, y centrado en bastardear a «la casta». «Nos ponen palos en la rueda cada uno de los días que intentamos gobernar. Pero, ¿saben qué? Todo esto está probando que las ideas de la libertad son más fuertes, porque a pesar de la casta inmunda política, lo estamos logrando», sostuvo.
Más temprano, antes del mediodía, el Presidente también había hablado de «muertos» y de destitución. «Me van a tener que sacar muerto de la Rosada para lograr quebrar el déficit fiscal», dijo en La Rural, donde también hechó mano de su viejo hit de los «periodistas ensobrados» a los que «se les cortó la pauta», aunque con la novedad de que esta vez agregó al listado a «algunos intelectuales a los que también se les cortó el curro».
Especulaciones con el reloj
Durante toda la jornada, la Casa Rosada jugó a las escondidas con el horario de la partida de Milei hacia Italia. La comunicación oficial respecto de su itinerario aseguraba que se subiría al avión «por la noche», sin una hora precisa.
La especulación tenía que ver con lo que estaba pasando en el recinto: en el momento en que estuviera fuera del país, la vicepresidenta Victoria Villarruel pasaba a reemplazarlo temporalmente en el cargo y la presidencia del Senado hubiera quedado en manos del puntano Luis Bartolomé Abdala, algo que a la hora de la votación en general (y al cierre de esta edición) finalmente no sucedió. Frente al panorama de un empate, la posibilidad de que desempatara Abdala (y por ende, votara doble) preocupaba en la Rosada porque la oposición podría acudir a la justicia para objetar la sesión. Claro que la opción de que lo hiciera Villarruel, por su enfrentamiento con el propio Milei, tampoco resultaba de lo más agradable.
Por eso, la hora de su partida se guardó bajo cuatro llaves, hasta que extraoficialmente se conoció que partiría a las dos de la mañana del jueves. En italia lo esperan para participar del G7 y reunirse a partir del viernes con la presidenta de ese país, Giorgia Meloni y con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.