El comerciante, Carlos Ramos, sufrió dos robos en pocos días en su casa del barrio correntino de Ongay. Luego de denunciarlo se cruzó a uno de los ladrones en las calle, quien se le rió en la cara y él lo mató de un balazo en el pecho.
Pese a que Ramos había aportado como pruebas la cámara de seguridad de su casa, los ladrones fueron liberados a las pocas horas de ser capturados.
Ramos quedó en prisión domiciliaria y la familia del comerciante de 31 años realizó una venta de pollo con arroz y lanzó una colecta para pagarle al abogado.
Cabe decir que Ramos está acusado de homicidio. La jueza Josefina González Cabaña le dictó prisión domiciliaria, tras considerar que no tenía antecedentes y que era el único sostén económico de su familia.