El Papa defendió la bendición de parejas del mismo sexo, que ha provocado en las últimas semanas una cascada de críticas en el mundo católico hasta el punto que los obispos africanos en su conjunto, menos los de Sudáfrica y Kenia, se han negado a aplicarlo en su continente, y ha sugerido que quienes deploran esta decisión es porque han sacado «conclusiones feas» y no la entienden.
«A veces las decisiones no se aceptan, pero en la mayoría de los casos, cuando no se aceptan, es porque no se entienden», ha señalado Francisco en sus primeras declaraciones públicas al documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Fiducia Supplicans, que abrió en diciembre la posibilidad de bendecir a las parejas en situación «irregular», incluidas las del mismo sexo.
«El peligro es que si algo no me gusta y lo pongo (la oposición) en mi corazón, me convierto en una resistencia y saco conclusiones feas», ha explicado el pontífice en una entrevista con el programa de televisión «Che Tempo Che Fa» del Canal 9 italiano.
En la entrevista televisiva emitida este domingo, Francisco, que contestó a las preguntas del presentador del programa de televisión italiano por videoconferencia desde el Vaticano, ha reconocido que a veces se siente solo cuando toma decisiones. Así ha manifestado que «hay que pagar un precio de soledad» y «a veces las decisiones no son aceptadas», pero a menudo sucede «porque no se sabe» lo que se critica.
El Papa no se ha referido directamente a las declaraciones del prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, el cardenal Robert Sarah, que le acusó de herejía, pero sí ha señalado ha explicado que «el peligro, lo que no me gusta, es llegar a conclusiones feas» en lugar de «hablar, expresar dudas, llevar adelante una discusión fraterna«.
Para el pontífice esto es «lo que ha pasado con las bendiciones«. «El Señor bendice a todos, a todos, a los que vienen. A cada persona. Luego la gente tiene que ver qué camino le propone el Señor. Pero hay que llevarles de la mano y ayudarles a ir por ese camino, no condenarles desde el principio. Esta es la labor pastoral de la Iglesia«, ha explicado.
Asimismo, ha recordado que a los confesores «siempre les digo: perdonad todo«. «En 54 años de sacerdote, sólo una vez he negado el perdón: por la hipocresía de la persona», ha declarado. Además, el Papa ha dicho que Dios «castiga para corregir, por amor«, como «una madre y un padre que tienen más dolor en las manos que un niño en el trasero» si le dan un azote. «El Señor nunca se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón», ha añadido.
En este sentido, ha destacado que el problema son los «corazones endurecidos«. El Papa que lo que más le preocupa son los conflictos armados en el mundo. «Algo, sí, me asusta hoy. Por ejemplo, esta escalada bélica, esta continuación de las guerras en el mundo. Uno se pregunta: ¿Cómo acabará, con las armas atómicas destruyéndolo todo? ¿Cómo acabará? ¿Cómo el Arca de Noé? Esto me asusta, la capacidad de autodestrucción que tiene hoy la humanidad», ha explicado.
Y ha asegurado a este respecto: «El mal, el dolor de los emigrantes, las guerras dependen de las opciones humanas, de cómo usamos nuestra libertad».
Así ha explicado que todo los días «me comunico por teléfono con la parroquia de Gaza, y me cuentan las cosas que están pasando… Es terrible». «Tantos muertos árabes, tantos muertos israelíes. Dos pueblos llamados a ser hermanos, se autodestruyen mutuamente. Esto es la guerra: destruir. Tenemos que reflexionar sobre esto», ha concluido.