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Fernández reconoció que no pudo bajar la inflación ni la pobreza en su último discurso como presidente

El presidente Alberto Fernández envió un mensaje a la población por cadena nacional, a dos días de dejar su mandato para la asunción de Javier Milei, en el que reconoció que no pudo bajar la inflación ni la pobreza, aunque aseguró que deja un país mejor que hace cuatro años. Además, se reprochó no haber podido terminar con «la grieta».

El mensaje del presidente saliente se dio luego participar en la LXIII Cumbre del Mercosur donde se reencontró con Lula Da Silva, su último acto oficial como mandatario argentino.

El jefe de Estado, que asumió el 10 de diciembre de 2019, comenzó su discurso de despedida recordando que «hace exactamente 40 años transitábamos las últimas horas de la más feroz dictadura militar de nuestra historia. Lo hacíamos con esperanza por el futuro, y con el secreto terror de que pudiera volver a repetirse el círculo de autoritarismo y espanto que marcó buena parte de nuestro siglo XX».

Además expresó que «el 10 de diciembre es el símbolo inapelable de un consenso democrático que en cuatro décadas de vigencia sostuvo, aún con dificultades, la convivencia plural y el fortalecimiento de las instituciones republicanas».

Y reconoció que «en este tiempo, no hemos logrado resolver una matriz económica sólida que permita el acceso a una vida digna para todos y todas. Ampliamos derechos, pero faltan. Pusimos la Justicia Social como horizonte, pero no la alcanzamos».

En tanto, se reprochó “no haber podido terminar con la grieta que nos separa y nos enfrenta”. “He aprendido que para cerrar la grieta no hace falta someter al otro. No se trata de ver quien impone su relato. Lo que hace falta es caminar junto al otro. Aprender a profundizar los acuerdos y a minimizar las diferencias”, señaló en un mensaje grabado.

El gobierno que le deja a Milei

Luego hizo un balance del gobierno que heredará Milei. «El año entrante ingresarán, producto de nuestras exportaciones agrícolas y ganaderas, de nuestras exportaciones de gas y de litio, alrededor de 35.000 millones de dólares. Además, gracias al gasoducto (Néstor Kirchner) que construimos, dejaremos de gastar 5.000 millones de dólares para importar gas licuado. De aquí hasta el 2030 las estimaciones marcan que las exportaciones sumadas de bienes y servicios crecerán el 80%», sostuvo.

Además advirtió que «con semejante escenario no es razonable pensar en un ajuste que detenga nuestra producción y restrinja el empleo y el consumo que tanto nos ha costado recuperar».

«Debemos cuidar -agregó- que bajo el argumento de querer resolver el problema fiscal, no se vulneren los derechos de los que trabajan ni se frustren las aspiraciones de los que invierten y producen».

Alberto reconoció que no pudo con la inflación y la pobreza

«Sabemos que no alcanzamos los objetivos que nos propusimos en el fortalecimiento del ingreso, la lucha contra la inflación y la disminución de la pobreza. Porque las circunstancias y el contexto no nos acompañaron y también porque deberíamos haberlo hecho mejor o diferente», sostuvo.

El mandatario saliente consideró que asumió el gobierno en diciembre del 2019 «en una situación calamitosa, con altísimos índices de pobreza e inflación y una deuda que nos comprometía por generaciones. Soy plenamente consciente de que el voto popular de ese momento expresaba la esperanza de terminar de una vez y para siempre con esa herencia y que no logramos plenamente el cometido».

Y añadió: «Siento satisfacción con todo lo hecho y construido, pero también siento pesar por no haber podido concretar todo lo que nos propusimos alcanzar. Lo que faltó hacer, lo que nos impidieron hacer, lo que no debimos hacer o lo que debimos haber hecho de otro modo. Sé que en todo tengo responsabilidad. Aun cuando fue singular el momento en que nos tocó gobernar y aun cuando el contexto argentino tornó todo más complejo, no estoy aquí para cargar culpas en otros».

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