El Villarreal abrió las puertas del Estadio de la Cerámica para comenzar con los festejos de los 100 años del club. El encuentro contó con la presencia de Juan Román Riquelme y Martín Palermo, que se llamaron la mayor ovación del público presente.
En el partido, todas las pelotas del Submarino Amarillo pasaron por Román y con la mirada siempre puesta en el Titán, que anduvo permanentemente cerca del área y hasta probó desde mediacancha.
Al término de la exhibición de leyendas, Riquelme se mostró muy cálido con el trato que le dio la ciudad y el club desde su llegada: “Tuve la suerte de llegar a Villarreal en 2003, han pasado 20 años. Es grandioso llegar a esta ciudad, a la que ya tengo tanto cariño. Es parte de mi vida”, valoró el vicepresidente de Boca.
Y, siguió: “Siempre intento pasar por Villarreal todos los años, es mi obligación. Tengo amigos, gente que quiero mucho, también una casa. Villarreal es parte de mi vida y será así hasta el día en que me muera”.
La última vez que el Titán y Román estuvieron juntos en una cancha fue luego del retiro de ambos del fútbol profesional. Como no podía ser de otra forma, los ídolos de Boca volvieron a la Bombonera en el encuentro homenaje a Sebastián Battaglia en 2015.