7 septiembre, 2024
ArgentinaJudiciales

“No soy Arami”, el cartel que puso una maestra en la puerta de su casa de Rosario luego de que la balearon por error

La noticia del atentado narco contra un supermercado de la familia de Antonela Roccuzzo en Rosario recorre el mundo desde temprano este jueves. Sin embargo la violencia narco que puede sorprender a muchos y que ahora quedó en el centro de la atención porque rozó de cerca a Lionel Messi, es algo con lo que conviven a diario miles y miles de rosarinos.

Apenas dos días antes del ataque que suscita hoy la atención del mundo a nadie pareció importarle demasiado lo que le sucedió a Cecilia, una maestra de Rosario que se vio obligada a colgar un tan triste como insólito cartel en la puerta de su casa para proteger la vida de sus dos pequeños hijos.

El martes pasado, alrededor de las 20, dos desconocidos que se movilizaban en moto dispararon al menor 9 veces contra la puerta de su casa sobre la calle Ayacucho, en el sur de la ciudad más violenta de la Argentina. En total, se contabilizaron seis impactos en el frente del domicilio y otros tres en una puerta trasera, que se sitúa a unos ocho metros de distancia. Afortunadamente no hubo heridos.

Talo como sucedió en el caso del supermercado de los suegros de Messi, tras el ataque a su casa los narcos también le dejaron un mensaje a Cecilia.

Decía: «Arami traicionaste a la mafia, pagá las cagadas, comunicate. La próxima vamos a lo de tu mamá».

El mensaje, claramente no estaba dirigida a esta maestra de 38 años que alquila esa propiedad hace poco más de un año y que ocupa junto a sus dos hijas de 1 y 3 años.

Ante el temor de volver a ser blanco de un ataque narco y sin respuesta de ningún tipo de las autoridades, a Cecilia no le quedó otra opción que colgar un cartel en el frente de su casa para advertir que allí no vive ningún «Arami».

“Yo no soy Arami. Se equivocaron! Mi nombre es Cecilia, soy maestra y alquilo hace un año y medio acá. Tengo dos bebés!”, escribió la maestra en el cartel que colgó de la puerta de su casa.

A pesar de ello, desde el ataque Cecilia y sus hijas no pasan más las noches allí por temor.

“Los tiros atravesaron dos puertas y quedaron incrustados en un cantero de cemento”, contó la maestra a la prensa y señaló que “Arami” vivía en la otra casa del mismo terreno, cuya entrada es similar: “Las dos puertas son iguales, grises y se ve que confundieron”.

No hay detenidos por el ataque hasta el momento.

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