«Es mi hija»: Un padre encuentra el cuerpo de una joven que murió ahogada cuando intentaba cruzar a EE.UU.
Después de cuatro días de intensa búsqueda, Pascual Márquez gritó “es mi hija” mientras en su canoa avanzaba por el río Bravo hacia el cuerpo de Liliana que se encontraba flotando tras ahogarse el pasado lunes cuando intentaba cruzar hacia los Estados Unidos.
Remando con cautela, el hombre se acercó y con el tubo que traía para desplazarse movió el cadáver de su hija para cerciorarse que era ella y después sentarse en la balsa desconsolado.
El pasado martes por la tarde comenzó la tragedia: a las autoridades se les notificó la desaparición de una persona del sexo femenino en el caudal que históricamente ha sido un sepulcro para migrantes y personas de la comunidad.
Cayó la noche y se retiraron del sitio para retomar las actividades al siguiente día, sin embargo, durante el miércoles solo se rastreó por unas horas y después se canceló la acción por lo que se retiraron los bomberos.
El papá de Liliana, al igual que familiares e incluso el joven que la acompañaba cuando se ahogó, se quedó en el lugar y su mirada la pasaba por el río tratando de obtener un rastro o algún indicio donde pudieran estar los restos.
Ese miércoles, con la esperanza y desesperación de no hallarla, se metió al río para encender una vela y colocarla sobre una tabla como marca el “rito” para ubicar a los que perecen de esta forma.
El resultado fue negativo, la noche volvió a llegar y derribó cualquier posibilidad de encontrar a Liliana.
El jueves, Pascual consiguió una lancha y en compañía de familiares, quienes traían llantas para evitar hundirse, siguieron con la exploración que las corporaciones locales decidieron frenar horas antes.
En la ribera, estaba la madre y parientes de Liliana, elevando plegarias para terminar con ese capítulo de mucho dolor para ellos.
“Es mi hija”, gritó Pascual cuando vio a lo lejos un cuerpo flotando sobre el caudal y se apresuró a acercarse.
Al verla de frente, Pascual, quien de manera incansable buscó a Liliana, se sentó en la lancha y con desconsuelo agachó la mirada, para después volverla a observar.
Al lugar llegaron las autoridades de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas para trasladar los restos de la joven al Servicio Médico Forense y después entregarla para que sea sepultada.