14 diciembre, 2024
Actualidad

A raíz del caso Lucio, las denuncias por maltrato aumentaron un 73%

Eva Giberti, psicóloga especializada en maltrato infantil y directora del programa «Las Víctimas contra las Violencias», explicó que este fenómeno no se daba desde la denuncia de Thelma Fardín por violación contra Juan Darthés y aseguró que «cada vez son más los chicos que se animan a denunciar».

«Son denuncias hecha por sus protagonistas, o por vecinos del mismo barrio o por niños que aseguran que un familiar suyo es abusado. Acá las víctimas son absolutamente ingenuas e inocentes y no pueden hacer nada para defenderse», destacó Giberti en diálogo con Télam.

Repercusiones tras la muerte de Lucio
La psicóloga afirmó que «cada vez más son chicos de 7, 8, 9 y 10 años los que se animan a denunciar en la línea 137». Esta vía totalmente anónima es utilizada por los niños mediante los llamados por WhatsApp «y no sólo llaman para denunciar el maltrato o abuso que reciben sino que también lo hacen cuando se enteran de que por ejemplo una tía es abusada», destacó la profesional.

Entre los meses de octubre de 2020 y septiembre de 2021, las consultas recibidas al Programa del Ministerio de Justicia de la Nación a través de la Línea Nacional y la línea de WhatsApp fueron 15.118, para un total de 20.520 víctimas -pueden existir más de una víctima por consulta-, de las cuales 9.989 fueron niños, niñas y adolescentes.

Caso Lucio: ¿Qué le pasó?

La conmoción por el asesinato del nene de 5 años trascendió las fronteras de La Pampa al ser descubiertos todo tipo de golpes, quemaduras de cigarrillo, mordeduras y abusos sexuales que databan de años. Las acusadas son su madre Magdalena Valenti y su novia Abigail Pérez y, tras la autopsia, se descubrió que el niño tenía heridas de vieja data y que la causa de la muerte fue por hemorragia interna a raíz de un golpe, presuntamente provocado por una de las tantas palizas que recibía.

«Los sistemas de protección hacia los niños están fracasando ante situaciones como esta, porque la escuela y el barrio tendrían que haber estado viendo lo que pasaba. En esos sistemas hay varias cosas que no funcionan bien, protocolos hay, esta el síndrome del niño golpeado que es típico, pero aquí tenemos a dos perversas que se ocupaban placenteramente de golpearlo», refirió Giberti.

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