La insólita condena al femicida de las 113 puñaladas: lo declararon culpable, pero en un mes quedará libre
Este martes, la Justicia dictaminó el «veredicto condenatorio» a Fabián Tablado, el femicida que asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló, en 1996 y tras recuperar su libertad en 2020, violó dos restricciones perimetrales al acercarse a sus hijas mellizas y a Eduardo Aló, padre de la joven que mató.
Por lo que el juez Correccional 6 de San Isidro, Hernán Sergio Archelli, adelantó que le dará un año de prisión efectiva, al considerar que hubo «desobediencia reiterada». Se trata de la pena máxima para este delito.
Tablado fue detenido por esta causa el 16 de diciembre de 2020, por lo que lleva casi 11 meses preso y, en caso de ser condenado con la pena máxima solicitada por el fiscal, recuperará la libertad en poco más de un mes.
Voceros judiciales indicaron a Télam que el juez Archelli recién dará a conocer la sentencia y, por lo tanto, el monto de la pena, en una audiencia fijada para el próximo viernes.
Esta es la tercera condena para Tablado en los últimos 25 años, ya que en 1998 fue penado por el crimen de Carolina Aló, en 2013 por amenazar a su exmujer y ahora por violar las perimetrales.
Conectado desde la Unidad 46 de San Martín donde está detenido por esta misma causa, Tablado declaró ante el juez Archelli y se defendió argumentando que en febrero de 2020, le notificaron sobre las perimetrales y que «el plazo era por 45 días». “Pasó el plazo y nunca me quedó bien claro que se había extendido por la pandemia, no me llegó notificación de eso”, se justificó.
El 19 de octubre del 2020, se lo vio caminando junto a sus hijas por el puente Sacriste, ubicado en Av. Libertador San Martín cruzando la calle Lavalle de la localidad y partido de Tigre» y allí violó dos perimetrales, ya que estaba junto a las mellizas y a menos de 500 metros del lugar de trabajo de Aló.
Pero a Tablado le imputaron otro hecho de desobediencia por otra perimetral que lo obligaba a usar una tobillera electrónica, para que no se acerque a menos de 300 metros de su exmujer, Roxana Villarejo -con quien se casó en la cárcel en 2007, luego se separó y amenazó de muerte, hecho que le valió una segunda condena-, y que también incluía a sus hijas.
