Denuncian que una jueza impide a una niña estar con su mamá y alertan sobre abuso

Distintas organizaciones cuestionaron duramente que una niña de cincos años «fue separada injustamente» de su madre hace dos años y dada en tenencia a la abuela paterna, a pesar de que su padre fue acusado de abusar de la nena.

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y otras organizaciones como Red Viva y Aquellare, denunciaron este jueves que una niña de cincos años, a la que identificaron como Sol «fue separada injustamente» de su madre hace dos años y dada en tenencia, por la justicia de Córdoba a la abuela paterna, a pesar de que su padre fue acusado de abusar de la nena.

En la conferencia de prensa, las organizaciones cuestionaron duramente el actual sistema judicial «patriarcal» en todo el país, y «la falta de involucramiento» de los organismos oficiales en la defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes.

La apertura del encuentro estuvo a cargo de la presidenta de la APDH, la exlegisladora porteña María Elena Naddeo, quien destacó la labor de la regional cordobesa de Río Tercero de la Asamblea, y lamentó «la situación tan critica que atraviesa Natalia C. y su hija (Sol) por las actitudes discriminatorias de la justicia de Córdoba».

«Llegamos a la conclusión que había indicios ciertos de un abuso sexual, con un equipo profesional del hospital de niños de Córdoba, más un informe psicológico, de que había una situación abusiva relatado por la niña que la jueza Romina Sánchez Torassa, titular del Juzgado de 1ra Instancia y 1ra Nominación en lo Civil, Comercial, Conciliación y Familia de la ciudad de Río Tercero, desconoció», denunció Naddeo.

Y agregó: «Pero además no consideró relevante estos diagnósticos y ordenó la revinculación con el padre, con el acusado de abuso, por lo tanto esto generó una resistencia en la mamá de la nena y un reclamo ante el juzgado, porque el riesgo de abuso seguía siendo posible».

«Por eso la respaldamos, así como cuestionamos a familiares que se niegan a denunciar o no creen, consideramos digna la actitud de la madre que busca proteger a la nena», resaltó la dirigente.

Contó que cuando la madre denunció «fue castigada por la jueza. Le impidieron todo tipo de contacto con la nena y ahora tiene un régimen asistencial con un acompañante terapéutica, pero la madre vive en Río Tercero y la nena en Bell Ville».

«No obstante ello, se la denunció penalmente por impedimento de contacto, una demanda que es una persecución judicial, por eso reclamamos el cese del hostigamiento judicial y la restitución de la niña», añadió la activista feminista, docente y política.

En el mismo sentido, la investigadora, socióloga y militante feminista, Dora Barrancos, dijo que el Poder Judicial «agrede, humilla y aplasta a la mamá, y en ella a todas las madres».

«Estoy segura de que esta animosidad patriarcal instala un proyecto que se hace más agresivo y hostil, en el que no importa la salud de los niños. Eso es lo de menos, lo que importa es agredir a esa mujer que es muy «cocorita», que se anima a poner el dedo en la justicia y por lo tanto hay que aplastarla», continuó.

Barrancos consideró que «las feministas vamos a tener que poner mucha firmeza y decisión, y mucha sororidad con esta situación que en la Argentina es agraviante, ni siquiera tenemos estadísticas acerca de los ASI (Abuso Sexual hacia las Infancias)».

«Vamos a tener que exigir que haya un vertedero de visibilidad real, necesitamos tener estadísticas de cómo fueron los fallos en estas circunstancias que son desarmadores de por vida de las criaturas afectadas», analizó.

Por su parte, la doctora en Filosofía y directora del Observatorio de Género en la Justicia, del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, Diana Maffía, precisó que «hay en la justicia una rémora muy importante, a contramano de los avances de los movimientos de mujeres y el feminismo, que no se permiten pensar a las mujeres y los niños y niñas como sujetos de derecho».

«Estamos ante una justicia que hace intervenciones abusivas y deberían comprometerse todos los organismos de derechos humanos», afirmó la docente universitaria, que luego hizo un repaso histórico sobre la familia concebida como un núcleo patriarcal.

En ese sentido, Maffía cuestionó: «Hubo que hacer tratados específicos para las mujeres y los niños» y pidió que «en nombre de la responsabilidad parental (ya no patria potestad) se le dé la palabra a la madre y a su hija».

A su turno, el exjuez Federal de la Plata, Carlos Rozanski, manifestó que «si el sistema funcionará, la niña Sol estaría con su mamá», y dijo que «estos casos debemos analizarlos desde otro ángulo, y cuestionar cómo una jueza como ésta, puede ser jueza».

«Qué pasaría si hiciéramos como hacen con las madres que denuncian, a las que someten a estudios psicológicos, algo similar con los jueces y fiscales que hacen las barbaridades que hacen. Lo que sucedería es la uniformidad de los resultados, son perversos, son mala gente, son personas que no pueden estar en esos cargos y están», aseveró el abogado.

«Esto es parte del patriarcado, y lo que comete una mujer como esta jueza sale del patriarcado, es una cuestión de fascismo, son actitudes fascistas que exceden al patriarcado, pero que sí le sirven al patriarcado para sostenerse», concluyó.

Durante el encuentro, Gisela Videla, abogada de la madre de la niña, señaló que «este caso es una muestra de lo que pasa, se castiga a las madres protectoras».

Las madres protectoras son las que realizan denuncias contra padres que abusan de sus hijas o hijos, a las que se las acusa de mentir, utilizando el inexistente Síndrome de Alienación Parental (SAP).

«Lo que queremos dejar en claro es que tiene que ser lo más importante proteger a la niñez que ha sido abusada, y que ha sufrido el arrancamiento de su centro de vida, pero como respuesta tenemos que hacer esta conferencia parar frenar la violencia institucional que sufre la madre», precisó la abogada.

Finalmente, la mamá de la nena Sol (nombre ficticio para proteger a la niña), agradeció el acompañamiento de las distintas organizaciones de derechos humanos y feministas.

«Ella manifiesta su deseo de volver a su casa, a estar con sus seres amados. Yo desde mi alma le estoy pidiendo a todo el Poder Judicial, la obligación de escuchar a los niños y que sus derechos están para ser cumplidos. Por eso hoy nos convocamos con este equipo de trabajo y todos los sectores para que se restituya a la niña y que se la escuche», concluyó.

La situación de Sol
Sol, desde el 23 de septiembre de 2019, se encuentra bajo un régimen de guarda provisoria (vencido en 2020) a cargo de su abuela paterna por orden de la jueza Romina Sánchez Torassa.

En ese momento, la titular del Juzgado de 1ra Instancia y 1ra Nominación en lo Civil, Comercial, Conciliación y Familia de la ciudad de Río Tercero ordenó que la niña fuera retirada del jardín al que asistía con guardia policial y trasladada abruptamente a 200 km de su hogar y sus afectos, desde Río Tercero a Bell Ville.

Su madre no fue notificada previamente de esta medida, sino informada por las docentes del jardín, por lo que hace casi dos años que madre e hija no se ven personalmente.

Durante ocho meses, Sol estuvo incomunicada con su madre, hasta que, en mayo del 2020 le concedieron la posibilidad de retomar el contacto a través de videollamadas dos veces a la semana durante una hora.

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