Cada cara con su color. Si completas el verde, seguramente no te cuadre el rojo y si tienes casi todo el blanco…, mueves el cubo y se desconfigura la cara del azul. El cubo de Rubik parece sencillo pero no lo es, al menos para la mayoría de los mortales.
Para niños y adultos, matemáticos, curiosos o para intentar superar un reto. El 19 de mayo se cumplirán 49 años desde que Ernö Rubik creara el juego más vendido del mundo.
Su creador intentaba crear un objeto mecánico manipulable para que su alumnado entendiera mejor la geometría tridimensional.
El cubo de Rubik es un rompecabezas mecánico inventado en 1974 por el profesor de arquitectura húngaro Ernö Rubik. Sus caras están divididas en 9 cuadrados de un mismo color que se pueden cambiar de posición mediante rotaciones de las piezas que componen el rompecabezas. El juego consiste en recuperar las caras de cada color partiendo del cubo desordenado.
Originalmente llamado «cubo mágico», el rompecabezas fue licenciado por Rubik para ser vendido por Ideal Toy Corp. en 1980. El juguete ganó el premio alemán a mejor juego del año en la categoría «Mejor Rompecabezas» ese mismo año.
El Cubo de Rubik es el nombre de este ya clásico rompecabezas que, tras girar los lados del cubo entre sí, tiene como objetivo devolverlo a su estado original –consiguiendo que cada lado tenga un sólo color. Existen más de 43 trillones de combinaciones posibles; aunque con mucha práctica te será posible resolver este memorable rompecabezas en menos de 10 segundos. Una experiencia altamente recomendada a los amantes de los rompecabezas.
Hasta enero de 2009 se han vendido 350 millones de cubos en todo el mundo, haciéndolo el juego de rompecabezas más vendido y, en general, el juguete más vendido del mundo.