El periodista Horacio Verbitsky pidió este domingo disculpas por el «ejercicio de un privilegio», en alusión a haber sido vacunado contra el coronavirus en el Ministerio de Salud, un hecho que definió como un «error grave», y expresó su arrepentimiento. «Asumo sin excusas la parte que me toca y acepto todas las críticas recibidas, así como agradezco las tan numerosas comunicaciones de solidaridad y afecto. Si lo hice y, sobre todo, si luego lo conté sin que nadie me lo preguntara, es porque no advertí que fuera algo incorrecto, el ejercicio de un privilegio», escribió en la página web El Cohete a la Luna.
De esta manera, el periodista hizo públicas sus explicaciones sobre el hecho que derivó en la salida del Ministerio de Salud de Ginés González García y su reemplazo por Carla Vizzotti, quien asumió formalmente ayer al frente de la cartera. «Debo explicaciones a todos los lectores del Cohete y a quienes siguen mi trabajo y mi militancia desde hace mucho tiempo. Mi vacunación en el Ministerio de Salud fue un error grave, del que me arrepiento, y por el que pido disculpas», declaró Verbitsky.
Además, el también titular del Cels remarcó: «Habrá quienes duden, porque a lo largo de tantos años se fue estructurando un estereotipo sobre mí que excluye actos ingenuos o simplemente estúpidos. Se presume que siempre actúo en forma racional y se buscan motivaciones ocultas, que en este caso han llegado a extremos delirantes, como que fue un regalo de cumpleaños a Cristina, para que el gobierno se desembarazara de Ginés».
Verbitsky explicó que, «alarmado ante el noveno contagio en mi familia, que abarcó desde septuagenarios hasta bebés de un año, y con una víctima fatal luego de semanas de sufrimiento», consultó al ahora exministro si «correspondía» que él se la aplicara. «Me dijo que sí y que debía hacerlo en el Hospital Posadas, uno de los tres nacionales, que depende del Ministerio. Días después obtuve el turno», apuntó el director del Cohete a la Luna.
Sin embargo, dijo que «horas antes, desde la secretaría privada del ministro» le indicaron que «un equipo ambulante del hospital lo haría en el propio Ministerio». «No debí haberlo consentido», aceptó Verbisky, quien juzgó que «nada» justifica su accionar e incluso, «por el contrario, debilita» su «reclamo de un trato igualitario y de cuidado especial a los más vulnerables». «Lo más decente que se me ocurre es reconocerlo y pedir perdón. El único consuelo es constatar cuánta gente digna y pura nos rodea y no nos habíamos dado cuenta», concluyó.