La fuerte golpiza que Fernando Báez Sosa recibió de parte de un grupo de rugbiers en la puerta de un boliche de Villa Gesell le produjo hemorragias internas y daño al sistema nervioso, lo que derivó en su muerte.
Según la primer autopsia realizada el pasado 18 de enero por un médico de la Policía Científica, informe al que accedió Clarín, la causa oficial de muerte es que sufrió “paro cardíaco traumático”, mientras que el mecanismo de muerte fue un “shock neurogénico por traumatismo grave de cráneo”.
El informe detalla que el joven murió “en forma traumática producto de un paro cardíaco traumático por shock neurogénico producido por múltiples traumatismos de cráneo que generaron hemorragia masiva intracraneana intraparenquimatosa sin fractura ósea”.
También se observaron “múltiples escoriaciones y equimosis en región maxilar y cara lateral de cuello, entre las que se distinguen dos improntas de pie calzado“. La equimosis implica una lesión vital que se produce mientras la persona aún está con vida.
Además, el examen traumatológico enumeró sus lesiones: “contuso escoriativa en maxilar inferior rama derecha ascendente de unos 7 centímetros, equimosis en mentón, equimosis compatible con impronta de suela de calzado en región maxilar inferior izquierda, equimosis en cara anterolateral izquierda del cuello compatible con impronta de suela de calzado, equimosis en región supraclavicular izquierda, lesión equimótica en región paraesternal derecha, subclavicular y m arcas compatibles con uso de cardiodesfibrilador en tórax”.